Es un honor para el Gobierno de Panamá haber sido elegido Presidente de esta 106ª Conferencia Internacional del Trabajo, y, para mí, un orgullo representarlo. Deseo expresar mi agradecimiento a todos los delegados de esta Conferencia por esta distinción y responsabilidad. Especialmente al Grupo de las Américas por su propuesta y apoyo, al sector gubernamental por la postulación oficial ante la Conferencia, así como al Grupo de Empleadores y al Grupo de Trabajadores por su respaldo.
Con su ayuda espero cumplir con mis responsabilidades, conforme al reglamento, para conducir con éxito nuestros debates y acuerdos.
Permítanme expresarles unas breves palabras,
Desde 1999, la OIT ha logrado actualizar su mensaje de justicia social bajo el concepto de trabajo decente, reafirmado en la Declaración sobre la Justicia Social para una Globalización Equitativa de 2008. Estamos convencidos que no podemos cumplir con “este mandato” sin tomar en consideración la sostenibilidad ambiental.
La Memoria del Director General, “Trabajo y Cambio Climático: La iniciativa verde”, hace un llamado a promover el trabajo decente y una transición justa de la fuerza de trabajo hacía economías y sociedades sostenibles. En consonancia con el Acuerdo de París y la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, buscando un futuro climático estable para todas las personas que habitan este planeta.
Otro elemento fundamental en la discusión sobre el futuro del trabajo es el género. Hoy las mujeres no sólo han asumido nuevos y determinantes roles en las transformaciones del mundo. La economía, la política cada vez más tienen un rostro femenino. Pero nos falta. Falta no sólo que la mujer llene cuotas, sino que se respeten sus capacidades y sus fuerzas para el trabajo. Ellas no piden dádivas, piden igualdad y que se les respete su dignidad.
El Director General Guy Ryder, expresó el año pasado que debemos trabajar “…juntos a favor de una igualdad de género verdadera y del empoderamiento de la mujer en el mundo del trabajo. El trabajo decente para la mujer traerá consigo una vida decente para todos.» Y en este sentido creemos que es momento de hablar de la igualdad salarial, “igual trabajo, igual salario”, no podemos seguir tolerando una estructura en la que se mantengan las brechas entre hombres y mujeres.
Debemos desmontar estructuras misógenas que se han concebido como naturales cuando han sido creadas por una sociedad que ha visto a la mujer en un rol secundario y subsidiario.
De igual forma, reconocemos los esfuerzos que la OIT viene realizando en los debates de esta Conferencia, al tratar por segundo año consecutivo “El Empleo y Trabajo Decente para la Paz y la Resiliencia” con miras a la adopción de una Recomendación que proteja los derechos de los trabajadores en estas condiciones.
No olvidemos que la búsqueda de la felicidad del trabajador es la verdadera gloria del progreso. No puede haber progreso a costa de la pérdida de la dignidad del trabajador, no hay economía sostenible si la dignidad humana, no se convierte en el principio fundamental de ese desarrollo.
En otro orden de ideas, un grupo particularmente vulnerable y excluido es el de los trabajadores migrantes. Precisamente, en el orden del día de la presente Conferencia, se examinará el informe sobre “Migración Laboral: Nuevo Contexto y Desafíos de Gobernanzas”. Ello es una oportunidad para llevar a cabo una discusión informada sobre la gestión ordenada de la migración como fuerza positiva para el desarrollo sostenible, asimismo, lo reconoce la Agenda 2030.
El trabajo decente es una aspiración universal y así se reafirma en el Objetivo de Desarrollo Sostenible No. 8.
El trabajo ha sido, es y -previsiblemente- será componente sustantivo del contrato social que sustenta la gobernanza de las sociedades. Por ello, los cimientos de la paz mundial se refuerzan al crearse más trabajo decente. Globalizar el trabajo decente es globalizar un modelo de desarrollo sustentable que pone en su corazón a la gente.
El mensaje más humanizante que ha lanzado la OIT al mundo, es que el trabajo no es una mercancía. El trabajo es un bien individual, social, económico y cultural. Pero por sobre todo, el trabajo es humano. El compromiso del tripartismo, sustentado en el diálogo social, está en promover un trabajo libre, creativo, participativo, pero sobre todo, solidario.
Son cruciales los temas que vamos a trabajar en los próximos días. A todos les deseo éxitos, manos a la obra.
Muchas gracias,