Page 103 - MEMORIA 2019
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9.
Estuviste sin querer en el inicio, en el llano que parió a la criatura,
cerca del fuego que brotaba de la mirada, POESÍA
sobre la mesa servida para los invitados.
Estuvimos sin querer apresados por las turbulencias del viento,
colgando de una soga en el frío bosque,
tatuados en el reverso de una carta de naipes
ante la agonía pisoteada
en el vasto porvenir lleno de silencio.
Por eso es mejor guardar silencio, dejar que la resaca disminuya,
permanecer atorados en una trinchera en el arrabal
con las ganas imaginadas en el ardor del fuego
donde guardamos entrañables secretos
que conocen solo las mariposas
aferradas a los lenguajes de la tristeza
y las trampas de la locura.
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