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Introducción

En términos generales podríamos definir el trabajo como toda actividad que realiza el ser humano para satisfacer
sus necesidades básicas, más apremiantes. Entre ellas, alimentación, salud, vivienda, educación y vestimenta. No
obstante, en trabajo remunerado, que debería ser aquel que le permitiera al trabajador cubrir tales necesidades,
no siempre logra ese objetivo.

Esa afirmación está sustentada en los altos índices de pobreza que se registran en las distintas regiones que
forman parte de la geografía mundial. Igualmente podemos sustentar que el derecho al trabajo remunerado es
considerado un derecho humano, ya que la ausencia de este, limita al ser humano, alcanzar la satisfacción de
las descritas necesidades.

Hombres y mujeres en igualdad de condiciones, deberían tener acceso a las mismas oportunidades laborales vigentes
en cada uno de los países en la cual se considere una prioridad garantizar los servicios básicos de convivencia
humana.

Es por ello que el “trabajo decente”, término adoptado por la OIT en 1999, especifica las características del mismo;
todo debido a las precarias condiciones que giran en torno al trabajo remunerado en algunas regiones del mundo
en las cuales se carece de las condiciones mínimas para la ejecución de labores.

En el marco de este panorama, la mujer experimenta las vivencias más desfavorables debido a diferentes situaciones
que la colocan en un escenario de discriminación laboral, explotación y falta de oportunidades. Organizaciones
internacionales y nacionales realizan especiales esfuerzos para lograr la debida equidad de género que les garantice
tanto a hombres como a mujeres el uso de sus derechos en toda su gama.

Temáticas como: “Trabajo Decente” desde la perspectiva de los derechos humanos de las mujeres y la promoción
de la igualdad de género son abordados en la presente revista en la cual se destacan las iniciativas, tanto de
las organizaciones nacionales e internacionales que trabajan en estas políticas.

En otro contexto, un resumen analítico relacionado con las brechas laborales que condicionan las pensiones de
las mujeres, en la cual se toman en consideración aspectos como: el acceso al trabajo informal, las diferentes
coberturas de las prestaciones sociales y su relación con el mercado laboral, son presentadas como elementos
fundamentales en la búsqueda de soluciones a los problemas concernientes a esta temática.

Finamente, frente a este panorama, importantes iniciativas se han puesto en marcha, para minimizar y lograr la
tan anhelada igualdad de oportunidades y equidad de género; las cuales se encuentran contempladas en una serie
de leyes, decretos y la creación de instituciones que buscan avanzar en el cumplimiento de los objetivos trazados
por las organizaciones internacionales como la ONU y OIT en la temática que nos ocupa. Esperamos con esta
publicación contribuir a la sensibilización de todos nuestros usuarios; empleadores y trabajadores sindicalizados del
sector público y privado en un tema que requiere de toda la atención y solución para el desarrollo social de
nuestra nación.

Víctor Torres
Jefe del Departamento de Investigación Socio Laboral
IPEL/MITRADEL

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