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DESARROLLO SOSTENIBLE, EQUIDAD Y DESARROLLO
HUMANO

Lic. Mauro M. Murillo.
Director Académico del Instituto José del Carmen Tuñón de la Central
Nacional de Trabajadores de Panamá, (CNTP).

El hombre desde su aparición en la tierra, ha interactuado con el
ambiente que lo rodea, es decir, “la naturaleza”, porque él es producto

de ella. Por tanto, aprendió a convivir en la misma entendiendo por
instinto natural que el ambiente era el que le suministraba todo lo
necesario para su subsistencia. Observó, que de la tierra emergía
todo lo que necesitaba, por consiguiente, su sentido común le
indicaba que tenía que cuidarla, porque era vital para él, de no

hacerlo podría morir, así que empezó a proteger su hábitat natural.
Hoy entendemos que el “hábitat” es un conjunto de factores físicos
y geográficos, que inciden en el desarrollo del individuo, así como

en una población, especie o grupos determinados. En tal sentido,
está demostrado que toda forma de vida en este planeta, depende
del equilibrio que exista entre el hombre y la naturaleza; como
prueba de esta afirmación, basta con observar cuando se destruye
o contamina el hábitat de alguna especie ésta tiende a disminuir y

finalmente se extingue.

De modo que, haciendo un breve recorrido histórico sobre la

actuación del hombre, frente a su organización social y la naturaleza,
desde la sociedad primitiva hasta nuestros días, encontramos que,
en la Edad Media, se creó una organización basada en “Feudos”. Los
mismos, funcionaban como unidad económica y de producción, fue
la época del feudalismo (siglo IX al XV), con ellos se da el inicio de la

explotación de la tierra, trabajada por siervos al servicio del Señor
Feudal; el Clero y la nobleza eran la clase dominante de la época.
Con el surgimiento de la Primera y Segunda Revolución Industrial,

la explotación de los recursos naturales del planeta, se intensificó,
surgiendo así la paradoja entre el desarrollo económico y social,

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