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la  salud  de  los  océanos;  razón  por  la  cual,  la  actividad  pesquera
            mundial,  pone  en  peligro  la  vida  marina.  Por  tanto,  diferentes

            estudios  de  estos  expertos,  destacan  que  el  cambio  climático,  la
            desertificación, la degradación de los suelos, la gestión insostenible
            de  las  tierras,  la  seguridad  alimentaria,  los  flujos  de  gases  de
            efecto invernadero, se deben en gran medida a las pautas insanas,

            destructivas de la llamada agricultura moderna o industrial, por el
            uso de fertilizantes y productos agroquímicos como el glifosato.


            Conviene  aclarar,  que  esta  crisis  ecológica,  en  que  está  inmerso

            nuestro  planeta,  es  provocada  por  una  élite  de  instituciones
            corporativas , obsesionadas por la acumulación de sus riquezas al
            costo que sea; y no todos los seres humanos, somos los responsables
            de ella.  Es una ceguera apuntalada por estructuras gubernamentales,

            militares,  financieras,  inspiradas  por  la  doctrina  neoliberal  del
            sistema capitalista, que surgió con la Primera Revolución Industrial
            a  mediados  del  siglo  XVIII.  Esta  obsesión  depredadora,  ha  sido
            denunciada por distintos grupos humanistas, filosóficos, científicos,

            en la Encíclica “Laudato sí” del Papa Francisco, así como las distintas
            organizaciones  ecológicas,  ambientalistas  del  mundo,  destacando
            los  riesgos  asociados  al  deterioro  ambiental  mundial,  el  fracaso
            de los intentos de mitigación, adaptación al cambio climático, los

            eventos climáticos extremos, los desastres naturales, la pérdida de
            biodiversidad y el colapso del ecosistema mundial.


            Frente a esta dramática realidad que amenaza la existencia humana,

            así como las demás especies vivas, los líderes mundiales en el 2015,
            adoptaron  un  conjunto  de  objetivos  globales,  con  el  espíritu  de
            detener el desastre ecológico del planeta y asegurar el bienestar
            para todos, a través de una agenda de “Desarrollo Sostenible”.



            Al mismo tiempo, focalizaron 17 objetivos de desarrollo sostenible,
            que  permitieran  restablecer  el  equilibrio  entre  las  sociedades
            humanas  y  su  entorno  al  2030.  Estos  objetivos  en  su  conjunto

            expresan, el fracaso de un sistema que ha sido incapaz de proporcionar
            a la humanidad, condiciones mínimas de educación, salud, equidad,



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