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bienestar y armonía en sus relaciones con la naturaleza para todos
sus integrantes.

A mi entender, el desarrollo económico y tecnológico, sin mejoras
sociales, además de inhumano, es sinónimo de explotación, de
inopia y marginalidad social. Es un desarrollo sin equidad, dado que

no hay un equilibrio entre la justicia social natural y la Ley positiva
(Ley escrita). El desarrollo económico sin equilibrio, es violatorio
a los Derechos Humanos, que fueron creados con el espíritu de
salvaguardar, principios básicos de todo ser humano, en especial

el “derecho a la vida”. Por tanto, los 17 objetivos, de desarrollo
sostenible, apuntan a crear ese equilibrio ético entre la ley natural y
la ley positiva. Las leyes naturales, están implícitas en la naturaleza
humana, son leyes que sostienen a los derechos humanos, las cuales

concebimos como inamovibles, como eternas y vinculantes para
toda la humanidad.

Ahora bien, no podemos negar que desde la constitución de la ONU

(1945), los gobiernos vienen haciendo inmensos esfuerzos, por la
paz o el bienestar de la humanidad. La Declaración Universal de los
Derechos Humanos (10 de dic. De 1948), es un digno ejemplo de
ello, los 17 objetivos de desarrollo sostenible, van en esa dirección

del bienestar y la equidad humana. Pero, ¿Cuál es el problema?
Este consiste en que la riqueza, se concentra cada vez más en los
países desarrollados, capital que se produce con la explotación
descontrolada de los recursos naturales del planeta, que son vitales

para la existencia y el desarrollo humano. Me pregunto a veces si
¿será esta la profecía del apocalipsis que describe la Biblia? Pareciera
que el hombre está destinado a ser “el principio y fin de todas las
cosas”.

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