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desarrollar en los próximos minutos), hay otros elementos

que hay que considerar en el mundo y en el país chiquito,
que queremos llamado Panamá.

En primer lugar, aclarar que hemos estado hablando de estos
temas, hace unos cuatro años. Una primera cosa, que hay

que no gusta aclarar siempre es: ¿Qué entendemos por el
futuro del trabajo? Hablar del futuro del trabajo, implica dos
concepciones que son: una de calidad y otra de cantidad. ¿A
cuál futuro nos estamos refiriendo? si el futuro de ayer, es el

presente de hoy y el pasado de mañana; entonces ¿De qué
futuro estamos hablando?

OIT, ha respondido desde el año 2016, en el foro sobre “El
Futuro del Trabajo, que Queremos”, nos referimos por

lo menos, a las próximas dos décadas, entonces estamos
hablando de 20 años, hacia adelante.

En segundo lugar, en cuanto al aspecto cualitativo, cuando se

habla de “El Futuro del Trabajo”, así, simplemente, se está
conversando implícitamente de una carga ideológica, de
una concepción ideal; es que hablar del futuro del trabajo,
implica poner en duda la posibilidad de la existencia del

mismo. RifKin, empezó a hacerlo en 1997, luego Fukuyama,
y otros, hablaron también del fin del trabajo.

Compartimos otra visión, diciendo, todo lo contrario, trabajo

humano, habrá mientras exista un sistema que produzca
bienes o servicios basado en la libertad de comercio o de la
empresa, como quiera llamársele, el pago de un salario, a un
trabajador, darle un ingreso a el mismo, por el servicio que le
brinde al inversionista.

Hubo trabajo, desde que los humanos se convirtieron
en: productores y detentores de la propiedad, de lo que
otros producían hasta el día de hoy. A pesar de las cuatro

revoluciones industriales, de que habla la Academia, donde
el Dr. Torres, lo desarrollo muy ampliamente para mi gusto,

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