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desea hablar: Usted responde por ejemplo Ministerio de

Trabajo y el sofware te dice “disculpe no entiendo el nombre
que ha dicho repítalo.” Lo repite dos veces, a la tercera vez te
pasa a un operador o a una persona.

Nunca, yo diría, ocho veces, que lo he usado en dos años, en

ninguna de las ocho veces me han atendido, no es que, hable
enredado, he preguntado a otras personas y le ha pasado lo
mismo.

En los corredores norte y sur, se sustituyó el personal, los seres
humanos, los trabajadores por un programa digitalizado.
Bueno, yo les tengo que contar a ustedes lo que pasa al
transcurrir por la caseta de un corredor, te dan saldo que no
es, no te dejan pasar, porque la máquina se equivocó, etc.

además, lo más grave, al igual de preocupante a los medios
de comunicación, a las autoridades, es que permite el paso
de gente, que deben doscientos dólares.

Entonces, pregunto, ¿Eso pasaría si hubiera un operario
allí?, no te deja pasar, claro no hablemos de que hay gente
que mira para otro lado y pasa. Pero como regla general,
no te dejaría pasar. No estoy diciendo que funcione mal la

tecnología, estoy hablando que ella por sí sola, no va asegurar
el absoluto desplazamiento de los trabajadores, a futuro, en
los próximos veinte años, como lo observamos nosotros.

Ahora, esta realidad de la tecnología trasciende, porque
es el tema que me han dicho, que es el objetivo de esta
conversación: la realidad de la tecnología, primero ¿Cómo
impactará el mundo del trabajo? y segundo ¿Cuáles son
los retos?, ¿Qué es lo que tenemos que enfrentar?, ¿Cómo

deberíamos enfrentarlo?

No, les puedo responder, porque no soy un Chamán, ni nada
por el estilo, pero si les puedo decir, algunas cosas que se

vislumbran a raíz de esta realidad: en primer lugar, la historia
demuestra que no es cierta la aseveración, lo decía el colega

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