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básica familiar   (alimentos y otros gastos necesarios), cuyo valor
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        es  de  1,464.36  balboas  mensuales.  Todo  ello,  sin  olvidar  que  en

        el sector privado el salario mínimo promedio es 51.8 veces menor
        al sueldo de los altos gerentes y en el sector público el salario que
        devengan  los  altos  funcionarios  (Presidente/Ministros/Diputados/
        Magistrados) es 35 veces mayor al salario mínimo de los funcionarios

        públicos. La inequidad es marcada, los ricos ganan cuarenta veces
        más que los pobres. El 20% de la población de poder económico alto
        maneja el 56% de los ingresos mientras el 10% de los más pobres
        reciben apenas el 3.3% del ingreso del país.



        En cuarto lugar, en cuanto a la especialización de la mano de obra y
        la falta de experiencia de los jóvenes, “cuando se analiza el empleo
        por nivel educativo, dos de cada tres trabajadores en Panamá tienen

        educación media o inferior, un tercio tiene educación universitaria”,
        lo  que  relativiza  el  discurso.  Este  mismo  argumento  se  utilizó  en
        los noventas para el caso de la incorporación de la mujer al mundo
        laboral; hoy mantienen un nivel escolar más alto, dos de cada tres

        egresados de la educación superior es mujer, sin embargo, las brechas
        laborales no sólo se mantienen, sino que también se profundizan. 6


        Frente a ello, el actual  discurso  gira en torno  a “se necesitan

        más  técnicos  que  profesionales”,  es  decir,  el  mercado  laboral
        demanda técnicos no licenciados. Ello conduce a señalar que “las
        universidades  públicas  y  privadas  en  Panamá  deben  cambiar  la
        oferta  de  formación  o  adaptarla  a  las  tendencias  del  mercado

        laboral actual”. Argumentación que restringe los requerimientos del
        desarrollo nacional en cuanto a la formación que necesita el país y
        que pareciera indicar, una vez más, que la supuesta “competitividad
        país” se gestará a través de fuerza de trabajo barata.



        5 La ciudad de Panamá destaca en el ranking del banco suizo UBS, “Costo de vida en las
        ciudades del mundo 2018”, como la más cara de América Latina, al obtener un índice de
        83.1, y ubicándose en la posición 21 del ranking global compuesto por 77 países.
        6 Mayor tasa de desempleo (7.7%) que la nacional y la de los hombres, 40% de informalidad,
        ocupadas en actividades tradicionales con menores salarios, nivel de ingreso 85 balboas
        mensuales  por  cada  100  de  los  hombres;  58%  de  los  ocupados  que  perciben  salario
        mínimo, además de percibir el salario mínimo menor (domésticas).


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