Page 36 - paradigmas 4 12-1-21.indd
P. 36

En Panamá, las mujeres de los territorios urbano, rural e indígena con
        pareja y familia, por el elevado costo de los productos de satisfacción

        de necesidades básicas se incorporan a la actividad económica, no
        obstante, el cuidado de sus hogares supone una carga importante
        para ellas. La desigualdad y explotación de su trabajo no cesa. Su
        vida activa económicamente no muestra que el trabajo de cuidado

        no remunerado quede de lado, dos estudios recientes, uno sobre
        mujeres productoras de leche y otro sobre trabajadoras en tiendas
        de comida rápida lo muestran claramente.



        El  trabajo  de  cuidado  no  puede  continuar  como  hasta  ahora,  es
        urgente que haya política pública que reconozca la obligada necesidad
        que tienen las mujeres de obtener servicios para el cuidado de la
        infancia,  adultos  mayores  y  otros  en  los  espacios  comunitarios  y

        municipales.


        Las  características  y  condiciones  en  este  tipo  de  trabajo  hace
        necesario    que  se  visibilice  a  través  de  herramientas  como  las

        encuestas de uso del tiempo, como la encuesta del 2009, donde
        quedó evidenciada la cantidad de horas de trabajo por sexo, y al
        mismo tiempo es obligada la contabilidad del aporte económico a
        las cuenta nacionales del país, bien puede ser mediante una cuenta

        satélite de trabajo no remunerado, pues sabemos que las mujeres
        trabajan mucho más horas que los hombres, pero no sabemos a
        ciencia a cierta el valor económico de este trabajo, manteniéndose
        en la sombra, lo que contribuye a su desvalorización en una economía

        de mercado como la nuestra.


        Resulta  indispensable  también,  la  promoción  de  políticas  de
        redistribución del trabajo de cuidado a nivel de todas las personas

        que integran la familia, de hombres, hijos/as y de todo aquel que
        conforme la familia, obviamente, tomando en cuenta las condiciones
        de cada una/o de sus miembros. La redistribución del cuidado entre
        los cónyuges o parejas, pero también entre los hijos e hijas. Si no se

        forma la corresponsabilidad entre toda la familia y los niños/as no
        participan y la madre es quien tiene, por ejemplo, que recoger los



   36
   31   32   33   34   35   36   37   38   39   40   41