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las discrepancias. Ahora, ¿tendrá el trabajo humano, que

ser protegido en el marco del uso de la tecnología, para la
producción? respondo que sí.

La forma en que se protegió al trabajo hasta ahora fue en
base a la relación de trabajo, que se conocía hasta hoy, pero

decíamos, ¿Cómo regulas el teletrabajo? ¿Cómo regulas las
vacaciones del teletrabajador?, ¿Cómo regulas el décimo
tercer mes del tele trabajador? para poner un ejemplo, bueno,
entonces habrá que hacerlo ¿Por qué habrá que hacerlo?

porque alguien puede decir: bien Ayala, ¿Por qué no decirle
al trabajador y al empleador que se pongan de acuerdo en
esos temas?, porque desde el punto vista conceptual hay
intereses, no buena voluntad, ni mala voluntad, yo eso lo

recalco aquí, así como en todas las clases que imparto, que
hay intereses contradictorios entre el capital y trabajador.
Respecto al resultado de la producción; el capital quiere la
mayor ganancia con el menor gasto posible e igualmente el

trabajador quiere el mayor ingreso con el menor esfuerzo
posible; eso no se va a cambiar mientras exista esta forma
de producción.

Un trabajador que se convierte en empleador, por supuesto

ocurre cada día, no es que antes era bueno, ahora es malo,
sino cambia de intereses y el empleador que lo pierde todo,
tiene que hacer de trabajador, no se convierte en bueno;

porque antes era malo, sino porque cambia de beneficios;
esa es la realidad insoluble en este sistema de producción que
conocemos. Por lo tanto, ese interés contradictorio implica
la necesidad de que el Estado o las normas regulen, les
impongan a las partes determinadas protecciones, mínimas,

máximas, medias como usted quiera para la persona que
trabaja.

Entonces, ¿Qué habrá que hacer? Enfrentar estos males

endémicos y sistémicos: crecimientos con inclusión social,
enfoques de género en las relaciones de trabajo, estabilidad

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