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porque el agua se metía por todas partes de la nave. Trató de girar el rumbo del navío y dirigirlo hacia la
CUENTO costa pero la ira del viento lo levantó por los aires dejándolo caer con furia sobre una ola que lo volteó.
En ese momento llegó su padre y lo sacó de su estado de gracia. Solo ten cuidado, hijo; un día te vas
ahogar de verdad, le decía en broma. De esta forma Jacinto viajó más allá de las columnas de Hércules
con el almirante fenicio Hannón o el navegante griego Piteas. En aquellos tiempos los barcos procuraban
seguir las costas y él, igual que sus héroes clásicos, era un perito en la navegación de las aguas costeras.
Era su especialidad.
La laguna artificial era más grande de lo que se había pensado. Se extendía como una gigante
alberca en el centro del campo. Jacinto pensó que si lograba conectarla con uno de los afluentes del río,
la laguna podía conectarse a la vez con las costas del mar que estaba apenas a unos kilómetros de la
finca. Él con sus colegas del programa sabían que la mayor parte de los ríos costeros de América del Norte
algunas vez pulularon grandes cantidades de peces anádromos, organismos que nacen en las corrientes
de agua dulce tierra adentro, emigran al mar salado y regresan a las corrientes fluviales a desovar.
Jacinto tenía razones para pensar que si los vertederos de nutrientes químicos habían creado
zonas muertas en los mares con un gran basurero que había logrado dañar los diferentes ecosistemas, un
efecto inverso podría revertir los daños. Para eso era necesario tener un mapa del panorama y alcanzar
una comprensión de lo que se había perdido para poder recuperarlo. Durante años se habían estado
agotando las reservas de la pesca de las aguas costeras y los efectos de esa pesca excesiva ahora se
hacían sentir en ecosistemas enteros. Jacinto tenía la teoría que si lograba arrojar al mar otros nutrientes
que sirvieran como una especie de anti-cuerpos podría ayudar. A penas era una teoría acá, pero que se
había logrado probar en el norte de América.
La gente está acostumbrada a pensar que los ríos fluyen solo hacia el mar, pensaba Jacinto.
Por eso concluyó que si lograba invertir el flujo de nutrientes saludables y naturales podrían ayudar a
subsanar los efectos en el mar. Para eso pensó en crear las lagunas artificiales con el agua de los ríos
que aún estaban sanos. Luego solo era cuestión de hacer una conexión a través del cauce del río que
conectara con el mar.
Si lograba su objetivo el criadero sería el más grande con especies marinas de todo el sector con
una producción significativa que aparte de vender a buen precio a los sectores más necesitados, al mismo
tiempo podría ayudar a descontaminar el ecosistema marino. A Jacinto le tocó aprender sobre el cultivo
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