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cuatro de la mañana, durante una de las tres horas que había podido dormir. Un mensaje de
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            un cliente. El Sr. Smith. Francio Smith. El señor buena gente.





                   “Hola, F., tengo una urgencia.


            Necesito un programa que me asegure que todos los archivos que he borrado de mi laptop


            sean irrecuperables. Necesito una bomba, un software que destruya todo lo que encuentre


            en la computadora y me asegure que nadie nunca pueda recuperarlo o volver a utilizarlo.

            Sé que estas cosas son tu especialidad. Esto lo necesito con carácter de urgencia. Confío


            en ti y espero tu pronta respuesta”.


                   Smith era un tipo de unos 70 años. Ojos azules y mirada bondadosa. Siempre le


            había parecido un una buena persona. Podía ser el abuelito de cualquiera. Un buen tipo.

            Subrayado. Un excelente cliente.


                   Fátima se frotó los ojos con fuerza y volvió a leer el mensaje. Si bien le pareció un


            poquito desesperado, realmente no le llamó la atención para mal. Al fin y al cabo, esto era


            algo que ella podía hacer. No era la primera vez que le pedían algo parecido. Aunque

            generalmente lo que la gente quería era recuperar cosas, no perderlas para siempre. Pero


            bueno, cada loco con su tema.


                   Después de la tercera lectura del mensaje de WhatsApp, comenzó a procesar la


            orden del cliente en su cerebro. Fátima tenía exactamente lo que Smith necesitaba, así que

            se levantó como un resorte y voló escaleras abajo para prepararse un café fuerte, que la


            sacara del limbo de sueño en el que flotaba y la dejara pensar claramente. Nadie debería


            hablarle antes de que tomara su primera taza de café. Era algo bien sabido.


                   Era su proyecto bebé. Lo llamaba el FX9. Luego de 8 intentos fallidos, había

            logrado crear un programa satisfactorio. “F” por Fátima. “X” por “Exterminador”. 9, porque



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