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“popular “, por mucho que pretendan su saber es concretas(geográficas e históricas). Lo formal se des-
también confuso, inseguro, limitado. formaliza y en ello hay poder en tanto no puede ser (o
no debe) ser absorbido por una estructura que cierra
Para él, las ciencias han omitido voluntaria o toda posibilidad de interpretación o intervención absoluta.
conscientemente la inteligencia. La inteligencia busca Estas cartas precisamente perdieron su fuerza en la
“saber”, poder decir algo sobre lo real, la ciencia medida que fueron siendo transformadas en instrumento
pretende ser “la palabra definitiva sobre lo real”, con una interpretación única y no como un instrumento
retenciones completamente distintas. En un mundo lleno que las comunidades pudieran discutir y asumir desde
de verdades científicas, a la inteligencia solo le quedaría sus realidades.
registrar esas verdades y hacer discreción de cuales
conocimientos son “útiles o no”. Lo que es útil se Esta experiencia, se repite en el siglo XX en las periferias
guarda, lo que no lo es se desecha como curiosidad. de América Latina con las llamadas Comunidades
El método científico se transforma en una herramienta, Eclesiales de Base (CEB’s) y se convirtió en un
no en una consecuencia de la inteligencia humana, se dilema para los poderes establecidos. Comunidades que
transforman en técnicas repetitivas absorbidas por el dialogaban, que se “concientizaban” de sus realidades
sistema de “conocimientos válidos”. y asumían compromisos transformadores. La fuerza de
esta experiencia se encontraba precisamente en su ser
periférico a los modelos educativos formales. Su método
La fuerza de lo popular completamente novedoso (dialogante) abrió nuevas
rutas en el proceso de aprendizaje.
¿Dónde radicaría la fuerza de lo popular? Fundamentalmente
en su modo de adaptación a las realidades. Si bien el
saber popular es un saber incompleto, es precisamente La debilidad de lo popular
esa falta de pretensión absoluta del saber lo que lo
hace fuerte. Más aun su fuerza radica no en que, quien Este triple diálogo (realidad-formador-comunidad)
“sabe” lo adapte, lo radical está en la capacidad que innovó. Sin embargo, con el tiempo algunas experiencias
tienen las comunidades o grupos para asociar ese saber terminarían formalizándose y limitando el poder
a su realidad. transformador de lo popular. ¿Cuándo pasó esto?
Esta situación se da cuando se considera que el método
Lo popular tiene su formalidad no en cuanto al hacer es lo central (ver-juzgar-actuar) y se formaliza,
de quien “sabe”, sino de quien “aprehende”, es decir olvidando que el método es una herramienta y no lo
de quien asume lo que va aprendiendo. Lo popular central de la experiencia.
no es un paradigma solamente porque se constituya
en acciones o saberes establecidos o compartidos, lo Cada realidad es distinta y debe ser asumida en su
es un tanto las comunidades reconocen en ese modo justa dimensión. Cuando la centralidad del proceso lo
una posibilidad histórica en su comunidad. Son ellas tiene el “purismo” de aplicar el método y no la realidad
las que “des-formalizan “lo formal y lo transforman en de las comunidades dialogantes, se pierde la capacidad
algo poderoso. transformadora y popular.
Usaremos como ejemplo de lo que hablamos, las En este sentido des-ideologizar la educación popular
cartas de Pablo de Tarso a las comunidades cristianas debe ser un punto central. Cuando la ideología
originales. Independientemente si la autoría o no sea reemplaza el diálogo, todo proceso educativo popular se
en totalidad del escritor cristiano, lo importante es que transforma (igual que cualquier proceso educativo) en
un elemento tan formal como una carta escrita a una un adoctrinamiento y, por consecuencia en una limitante
comunidad concreta, se transforma en un elemento absoluta del poder popular.
que es compartido y asumido desde ciertas realidades
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