Page 40 - Memoria2018
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Que se sienta calor de hogar.
CUENTO Genaro y su padre conversan de todo y de nada. Genaro le cuenta a su padre que hoy no ha
visto a Alicia Chambers. No se la ha encontrado en ninguna de las clases que tienen juntos, por lo que
el día no fue tan bueno, pero que igual la clase de la profesora Aramburú hizo que todo valiera la pena
totalmente. ¡Qué mujer tan inteligente! Su padre lo mira con cariño tocándose el cabello, le pregunta
si le gusta cómo le quedó el tinte. Genaro levanta el dedo pulgar, en señal de aprobación, le dice que
le encantan las flores del comedor que la comida estaba deliciosa y se va a su cuarto para estudiar. Con
Aramburú nunca se sabe. Quizás algún día lo tome en cuenta y haga que su historia dé un giro.
Desde el cuarto, Genaro escucha el teléfono. Parece que es Doña Elsa, para avisar a su esposo
que se va a tomar unas cervezas con compañeras del trabajo. Que no la esperen despiertos. Genaro
escucha a su padre despedirse con voz de desilusión. Le dice a doña Elsa que lo despierte cuando llega
para calentarle la lasaña. Pero para ese entonces doña Elsa parece haber colgado el teléfono. Lo mismo
de siempre.
Genaro sale del cuarto y le pregunta a su papá si se le antoja ver alguna película en Netflix.
Don Genaro sonríe agradecido por la compañía y la propuesta y corre a la cocina a enfriar un par de
cervezas y a hacer palomitas de maíz en el horno microondas. Mientras camina hacia la salita de la
televisión, piensa que Genarito es un buen pelao. Tan diferente de su Ana Patricia. Su hija mayor, entra
y sale de la casa como si fuera un hotel. Pura fiesta. Tuvo un bebé a los 19 años con su novio José Pablo,
quien obviamente tiene la custodia de su niño y cuya pensión alimenticia tiene que pagar don Genaro,
porque doña Elsa no lo quiere ni ver. Ana Patricia, de 30 años no trabaja, no se entiende de su hijo,
no aporta nada a la casa de sus padres, y se la pasa de fiesta. José Pablo está comprometido con una
doctora que adora al niño y está a punto de terminar su carrera de Derecho. Don Genaro sabe que una
vez se case José Pablo, ya no va a ver muy seguido a su nietecito.
Cuando llevan como una hora de estar viendo la película, suena el celular de Don Genaro.
—Contesta tú—, le dice a Genarito.
—Sí, papá— dice Genaro, y corre a buscarlo.
En la pantalla sale el aviso de “Número desconocido”.
—¿Hablo con el señor Sánchez? — dice una mujer al otro lado de la línea.
—Sí, diga—, dijo Genaro con voz tranquila, para no molestar a su papá en caso de que fuera
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