Page 38 - MEMORIA 2020
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CUENTO









            Yo solo río, no me queda de otra, aquí si me molesto pierdo, porque la jodedera será pareja
            y aún el más callado sale adelante con los chiflidos y la insinuación de que eres mariquita si no aguantas


            la joda, cosa que no me importa que lo sugieran, no quiero problemas en el lugar donde paso diez horas
            diarias. De alguna forma siento que, en este lugar, con el calor del asfalto, me relaciono más que en mis


            días en el banco, aunque a veces extraño vestirme plisadito y perfumado, con aires de algo que no soy,
            ya ni me roba la calma que eso no se dé nuevamente. Estos gobiernos a veces parecen tortugas, otro


            tanto ganado suelto y del color que sean han dejado al país en la miseria, cada vez aumenta la vaina, el
            que vendrá también, el que sigue, y el que le siga a ese; las empresas siguen despidiendo desde hace casi


            dos años a sus empleados, no importa lo bueno que hayas sido o la cantidad de años en el puesto, esta
            es una ruleta rusa que acaba con las energías. Cada cinco años está bien una parte de la población, la


            que emplea el gobierno de turno, se les ve en la ropa, al mirar y en ese ego que parece salirles a quienes
            son servidores públicos y que se les termina con la llegada del otro partido al poder. En la empresa


            privada hay autoestimas altas también, sobran los wanabí, esos que pueden comprarse un carro y se
            creen yeyes... jajaja los “yeyepob”... y es que sufrimos de enajenación, aquí se prefiere andar en carro


            propio, aunque se coma solo arroz con atún de lunes a viernes, y no por salud, sino porque es lo único
            que les alcanza para comprar, porque somos pobres. Igualmente, dependes de alguien para estar en un


            puesto, y eso acaba con los años. Mi cabeza se despuebla cada día por los nervios, la dermatóloga me
            dijo que mi caída del pelo es por ansiedad, googleando supe que hay caspa nerviosa, y el tratamiento no


            es barato, aparte de que la persona queda desempleada debe gastar la plata de la liquidación en tratarse
            los efectos que traen las malas gestiones de un par de políticos de mierda.


            Por eso, después de seis meses en desempleo, estaba entre ser taxista o ayudante de albañil,
            dos lugares ofertaron trabajo, necesitaban ayudantes y son trabajos honestos, en esos


            momentos donde somos presas de la desesperación y no nos alumbra la cabeza para meterle ideas de
            que estudiaste, te esforzaste y mereces tal o cual cosa. He visto a la mayoría de mis primos quedados


            hace rato en esas excusas, no salen a la calle a buscarla, por eso entre las opciones que tenía, eso de ser
            albañil me pareció más apropiado. La paga es justa, pero es un trabajo que asegura el pago semanal,


            tiene sus pros y sus contras como todo en la vida. Cada centavo que me gano es a puro sudor de mi frente

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