Page 60 - MEMORIA 2019

Por otro lado, me fastidia estar cada día lidiado con representantes sindicales, que son en mi opinión unos vergajos
CUENTO “comunistoides”, lleno de ideas absurdas, como capitalismo, luchas de clases y otras sandeces que solo ellos ven.

En mi opinión, sin capitalismo no hay riqueza y sin él este país no estaría donde está. Pero, a ellos los trato porque
al menos, están defendiendo a sus miembros, aunque algunos no merecen ser defendidos, ellos están haciendo un

trabajo.

Sobre todo, me molesta tratar con supervisores burócratas y coimeros, que usan su manual de reglas, el código para
la construcción, para ver lo que está mal y en lugar de querer corregirlo lo utilizan para chantajear y coimear a la

empresa. Le ponen precio a cada falta y al ladito colocan la coima correspondiente en caso que uno se quiera saltar

la norma. Me molesta más porque soy yo quien tiene que sacar la cara por la empresa y pagar las coimas en lugares

lejanos a la oficina y a la obra.

En estos años he estado, más veces de lo que quiero recordar, en medio de “culicagaos”, pichones de ingenieros,

recién graduados que a duras penas saben interpretar un plano y que me vienen a decir cómo quieren que se hagan

las cosas. Yo solo los ignoro y procedo como debe ser o cuando son muy necios hablo con el ingeniero Torres Clark
para que se encargue de ellos. Él les dice que no se metan conmigo que yo sé lo que hago, les lee mi hoja de vida

y así me dejan en paz.

Mi hoja de vida. En ella se dice que, aparte de los 30 proyectos en los que he trabajado, soy experto en determinar
el avance de la estructura, en planificación de la edificación, en la selección y uso apropiado de materiales de

construcción y en el manejo y evaluación de las herramientas, en la aplicación de las normas de seguridad, en la

determinación de los estándares de calidad y en la realización y ejecución del plan de trabajo de la empresa. Es

decir, puedo llevar a construcción desde la primera pala, que usualmente hace la gerencia y los políticos, hasta el
último acabado de la instalación de la cornisa para las cortinas.

Sin embargo, no todo ha sido bueno en la construcción, también he tenido algunos momentos malos. Por ejemplo,

cuando se derrumbó aquella pared en el Edificio Mirarrío, en calle Federico Olarticoechea, donde murieron dos
obreros en el 98, y todo el mundo me cayó encima dizque porque la obra no cumplía con las normas de seguridad

o que los materiales eran de mala calidad. Yo me mantuve en mis cabales y siempre dije primero que bajo mis

órdenes todos tenían que acatar las normas de seguridad, por eso regañe al pendejo de Juancho por estar paleando

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