Page 77 - MEMORIA 2020
P. 77

CUENTO









            rol de su asistente médica.
            —  Le  ahorraremos  tiempo  al  tiempo,  y  sufrimiento  innecesario  a  la  mujer.  Se  hará  una  cesárea  de


            emergencia, dijo el cirujano.
            — ¡Una cesárea en el tren!, balbuceó alarmada la enfermera.


            Ironías de la vida: Roberto Him, quien para ese entonces ya tenía en la academia médica buena fama,
            entre otras razones, por su obsesión por la seguridad laboral y el apego estricto a los protocolos de


            seguridad para las embarazadas, estaba a punto de atender un parto con escazas condiciones de las
            mínimas que exigían sus manuales.


            Aunque también sería una oportunidad para volver a poner a prueba el kid que años atrás él diseñó y
            distribuyó masivamente entre las parteras de los pueblos más recónditos de la Costa Arriba de Colón.


            El internista, aunque de visibles rasgos asiáticos, tenía mucho apego a su panameñidad, y sentía además
            una deuda moral con su nativo Colón. De modo que a menudo dejaba la comodidad de su exitosa clínica


            capitalina, especializada en Ginecología y Obstetricia, y cambiaba el suntuoso entorno de la floreciente
            Punta Paitilla de la década de 1980, por los caminos agrestes de la Costa Atlántica, en sus giras gratuitas


            de control y atención a embarazadas, así como capacitaciones de salud ocupacional para las tradicionales
            matronas.


            Un pueblecillo a la vez. Him amaba el contacto humano con las gestantes, transmitir confianza a las
            primerizas, y, sobre todo, disfrutaba la interacción con la pericia montuosa de las parteras. En la ciudad


            siempre decía a sus colegas que quería dignificar esa profesión rural.
            Por eso en sus reuniones procuraba elevar la autoestima de esas mujeres subestimadas; insistía en


            hablarles del valioso rol social que desempeñaban. Y lo complementaba con capacitaciones sobre la
            importancia de usar guantes, gorros, y la aplicación de protocolos sencillos de limpieza y esterilización


            de instrumentos, que ellas seguían al pie de la letra.
            Haciendo honor a su legado montaraz, el médico extendió su misión autoimpuesta hasta el otro lado del


            Parque Nacional Chagres, llegando a Viento Frío, pasando también por Palenque, Cuango, Palmira, hasta
            Santa Isabel. Incluso el Dr Him en una época se adentró en la selva más espesa que circunda Cocuyé


            Abajo, en los límites de Colón con la Comarca Guna Yala.

                                                                                                                    77
   72   73   74   75   76   77   78   79   80   81   82