Page 21 - Memoria Premios IPEL 2021
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LA INDEPENDENCIA


                           Benjamín estaba agotado, pero continuaba tejiendo. Los niños y su mujer yacían
                  en la cama fatigados, lo habían estado ayudando, pero se rindieron un poco antes de la
                  medianoche. Los niños tenían que ir a la escuela temprano. Sus ojos estaban cansados,

                  poca era la luz que le regalaba la guaricha que tenía colgada en la pared, pero ya sus dedos
                  conocían cada cerda de las tiras de palma. Podía tejer con los ojos cerrados. Esta destreza

                  era la herencia de sus ancestros.
                            El día anterior, Benjamín se había reunido con los aldeanos del pueblo en una
                  junta  secreta.  Todo  lo  que  se  había  hablado  lo  tenía  preocupado.  Hablaban  de  una

                  emancipación  de  la  opresión  española.  Que  ya  no  debían  estar  sujetos  al  mandato  de
                  extranjeros. Además, hablaron de un Napoleón que vendría a saquear nuevamente las
                  viviendas. Todo esto eran rumores, pero su vecino Manuel le había enseñado un pedazo

                  de papel, le llamaba “La Miscelánea”, donde le leyó lo que estaba sucediendo en Europa.
                  Todo estaba agitado, España estaba perdiendo poder por ésta razón, había que aprovechar
                  el momento y convertirse en República. Tener nuestra identidad como país. Se hablaba

                  mucho de las ideas independentistas de Simón Bolívar y el sueño de la Gran Colombia.
                  Todos querían ser parte de esta nueva República. Ya llevaban años hablando de esto, pero

                  el fracaso del intento en Portobello había empeorado el comercio. Ya las Ferias se habían
                  abolido, la gente de los otros poblados no bajaban a comprar, por eso había que aprovechar
                  los días de mercado para vender su mercancía. Nervioso, Benjamín terminó la cesta y

                  empezó otra. Esta sería la última, mañana saldría temprano. Las cosas no andaban bien,
                  debía ser precavido. “Imagínate”, decía en voz baja, “Panamá independiente y convertida

                  en República”. Eso asustaba. Muchos aldeanos murieron en la revuelta de Portobello. Dos
                  veces lo intentaron y no pudieron con el batallón español. Se había corrido la voz de que
                  Don Juan de La Cruz, se había ido al Ecuador llevándose una gran parte de los soldados.
                  Manuel le aseguraba que ésta era la oportunidad para enfrentarlos. Benjamín miraba a su

                  mujer y a sus hijos. Si algo le pasaba a él, ellos quedarían desamparados, pero por otra
                  parte ya todos estaban cansados del abuso de los gobernantes extranjeros. No hacían nada

                  para mejorar la vivienda, la educación. Los niños daban clases al aire libre o debajo de un
                  jorón.  No  había  hospitales  adecuados  y  la  gente  moría  a  falta  de  medicamentos.  Los
                  soldados no cuidaban de los miembros de la comunidad, más bien saqueaban su ganado

                  y sembradíos. Mucho abuso. En cambio, Simón Bolívar era muy admirado, ya había logrado
                  varias independencias en el sur. El norte también había logrado independizarse. ¿Cómo


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