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aceptación del fenómeno sindical. Este presupuesto, desde el punto
            de vista  material, ofrece todavía dificultades apreciables en América

            Latina y, particularmente, en Centroamérica.
            3.    Interlocutores  fuertes  y  representativos:  El  diálogo  social  no
            es  eficaz  ni  legítimo,  si  los  interlocutores  carecen  de  poder    de
            convocatoria,  por  falta  de  fortaleza  y  representatividad.    Son  los

            sectores  los  que  tienen  que  escoger  a  sus  representantes,  no
            el  gobierno  escogerlos  a  su  conveniencia.    Este  requisito  exige
            el  cumplimiento  de  los  dos  anteriores,  sin  los  cuales  no  puede
            alcanzarse.  Un grave error gubernamental puede ser la insistencia

            en  imponer  determinados  representantes  en  los  ejercicios  de
            diálogo o de concertación.
            4.  Objetivos  compartidos:  El  diálogo  social,  al  igual  que  la
            concertación,  requiere  que  los  actores  (incluido  el  gobierno)

            compartan objetivos superiores, que les interesa alcanzar mediante
            el diálogo o la concertación.  Esa coincidencia en los objetivos, es
            parte  de  la  cultura  del  diálogo,  todavía  por  construir  o  al  menos
            por consolidar, dirigida a reducir el conflicto.  Esto no significa el

            abandono de la defensa de los intereses colectivos o sectoriales, pero
            supone que hay intereses superiores susceptibles de aceptación por
            los actores sociales.
            5.   Aceptación de la necesidad del diálogo social: Los actores sociales

            y el gobierno deben estar plenamente convencidos que el diálogo
            social y la concertación son  necesarios, tanto desde la perspectiva
            de dar legitimidad y eficacia a las políticas económicas y sociales,
            como desde la convicción que el diálogo social expresa una vía de

            participación que consolida la democracia.  Sin este convencimiento,
            el diálogo o el intento de concertación sólo serían un ejercicio formal.
            6.  Reconocimiento recíproco: Es importante para el desarrollo del
            diálogo  y  la  concertación  social,  una  actitud  de  reconocimiento

            recíproco,  que  trascienda  la  simple  aceptación  formal.    Debe
            aceptarse  la  validez  y  necesidad  de  la  participación  de  los  otros
            interlocutores, para que el diálogo se desarrolle en un clima que
            favorezca  su  eficacia.    Esa  aceptación  debe  ser  auténtica  y  no

            puramente formal.
            7.    Información  adecuada:  Las  partes  en  el  diálogo  social  deben



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