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Legislativo.
b) La participación en el diálogo debe ser real y no
simulada. El gobierno no debe hablar de diálogo social y menos de
concertación social, si lo único que pretende es realizar una consulta.
De ser así, debe precisarlo desde el principio.
c) Claridad en los objetivos del diálogo y la concertación.
Tanto el gobierno como los sectores sociales, deben explicitar
claramente los objetivos que pretenden alcanzar con el diálogo y la
concertación. No debe haber segundas intenciones.
d) Si hay acuerdos, deben respetarse los compromisos
adquiridos. Los representantes de los sectores sociales deben,
de buena fe, realizar todos los esfuerzos necesarios para que sus
representados acepten los puntos acordados. El gobierno, si se
requiere la expedición de leyes, asume el compromiso político de
esforzarse en alcanzar los apoyos legislativos necesarios.
V. DIFICULTADES PARA EL DIÁLOGO SOCIAL EN AMÉRICA LATINA
En nuestra región, el diálogo social no ha sido fácil de institucionalizar.
Mencionamos a continuación algunas de las dificultades más claras,
siguiendo en parte las que identifica OSCAR HERNÁNDEZ ÁLVAREZ . 14
1. Inestabilidad política: Ha sido, sin duda, una de las mayores
dificultades en casi todos los países de la región. Las condiciones
actuales, significan la superación de esta dificultad para el diálogo
social.
2. Limitaciones a las libertades públicas: La larga presencia de
autoritarismos en la región, trajo como consecuencia repetidas
limitaciones a las libertades públicas, hoy superadas con los
afirmados procesos de democratización.
3. Falta de libertad sindical: Ha sido un problema grave en la región,
hoy parcialmente superado con la democratización. Sin embargo,
desde el punto de vista material, son relativamente importantes
los márgenes de no aceptación de la actividad sindical, como un
problema de actitudes más que de normas.
4. Insuficiencia de acuerdo político: La misma inestabilidad política
14 HERNÁNDEZ ÁLVAREZ, op. cit., pp. 113-118.
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