Page 50 - MEMORIA 2019
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a una escuela laboral nocturno para terminar en bachiller. Le estoy metiendo mente a esa idea y pueda que por fin
CUENTO la haga.
¡Coño! Me pasé cinco minutos por estar pensando huevadas. Casi me pilla el capataz. Si no es porque el “mocho”
me avisa me hubieran jodido con un descuento o una amonestación o un memo. Mejor pienso y trabajo, que a mí no
me mandan ni verga estos hijueputas. En fin. Dice mi vieja que quiere ver que termine a escuela antes de morirse.
Y yo, que va, si a la vieja le faltan “rantan” de años para pelar el bollo, pero por si acaso tengo que averiguar cómo
se hace para entrar en la nocturna, cuanto hay que pagar, los horarios y otras cosas. Lucho, que terminó sus estudios
en esta escuela me dijo que es fácil y uno ve otra gente, algunos que tienen más problemas que uno, que están más
jodidos, algunos vagos consentidos que están perdiendo el tiempo y que también hay “rantan de pays” y, quien
quita, yo me pueda “levantar una guial” que no sepa nada de mi pasado como promesa del béisbol.
¡Verga! ya son las seis y voy pa´lante…
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