Page 74 - Memoria2017
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Después de unos segundos, que pudieron ser minutos y con los ojos llenos de
CUENTO lágrimas por la tristeza de que papá no esté, siento cómo el aparatito triangular comienza a
vibrar sobre mi regazo. Seguro las celdas solares se han recargado. Al menos la cosa se
mueve.
Al terminar la vibración el triángulo comienza a girar suavemente sobre su eje. Sin
hacer ruido. Y entonces comienza a flotar. Con suavidad. Como si despertara de un largo
sueño. Como si mirara a su alrededor. Con timidez. Y ante mi mirada embobada, se eleva
del suelo. Centímetro a centímetro. Sube, sube y sube. Y de repente está frente a mis ojos.
Y de repente sobre mi cabeza. Y sigue subiendo, como una burbuja sin destino.
Cuando mi cerebro, caprichoso y conveniente, se conecta con mis manos, ya es muy
tarde. Ni brincando puedo alcanzarlo. Y el triángulo gira y se eleva y se va haciendo uno
con el cielo.
Se me ha ido. En realidad se ha ido.
Las lágrimas comienzan a brotar con mayor intensidad.
Cómo te extraño, papito.
Y yo aquí sólo puedo pensar, que el tío Afrenio, quizás no estaba tan loco nada.
Pero en verdad no me sorprende tanto. Papá era un genio. Un inventor.
Era un maestro. Un Maestro. Con mayúsculas.
Cómo te extraño, papito.
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