Page 34 - Memoria Premios IPEL 2021
P. 34
Harán la guerra contra nuestros pueblos y si no nos juntamos como un solo pueblo,
seremos vencidos, seremos esclavos de hombres extraños, muchos morirán y su sangre
correrá como Nö Krïrojo incontenibles, otros negarán a los espíritus y adorarán un dios
extraño, invisible, abandonarán nuestras lenguas, nuestras costumbres y nuestro
conocimiento.
Los hombres de carne blanca entrarán por un mar y llegarán al otro mar, desatarán
la guerra sobre los distintos señoríos, destruirán nuestros cultivos, quemarán nuestras
casas. Destruirán primero la llanura y la tierra blanca, luego entrarán a la tierra de muchos
ríos. Solo en la sierra habrá vida, solo si juntamos todos los pueblos en la sierra, si cada
señor abandona su poder y se une a los demás señores, si olvidan sus odios ancestrales y
se unen como hermanos de una misma sangre, podremos resistir y vencer; pero, si cada
pueblo vuelve sobre sus propios dominios, si cada pueblo sigue a cada señor, si no olvidan
sus ancestrales odios, si no firman la paz y la alianza verdadera, seremos vencidos,
humillados, destruidos, seremos esclavos. Pido hermanos, hermanas, juntarnos en un solo
señorío y resistir juntos y vencer juntos”.
Aburema terminó el relato de su terrible sueño y volvió al cobijo de su padre. El
silencio cubrió la llanura. Los Sukias explicaron a cada pueblo el sueño y cada uno
interpretó el significado según su propia interpretación. Se oyeron rumores y poco a poco
se fue levantando un gran bullicio. Los guerreros brincaban lanzando gritos de guerra y se
miraban con desconfianza unos a otros. Volteaban, hacia nuestro señor, las miradas más
fieras y desafiantes.
Los saltos y los gritos acabaron, cuando los Sukias tomaron la palabra, cada uno
habló por su señor y cada uno dijo lo que en su pueblo significaban las palabras de
Aburema, todos sin excepción consideraron que Aburema dijo lo que su padre ordenó, que
se trataba de una treta de nuestro señor para someter a los otros señores, ser el único
señor de la llanura, de la tierra blanca, de las montañas de muchos ríos y gobernar desde
un único dominio en la sierra de los grandes riscos.
Parecía que los guerreros tomarían armas y se iniciaría una guerra. Los hombres
más fuertes seguían en la llanura, esperando que se iniciara el combate. Solo Urabá, el
gran guerrero de la llanura, pensó distinto, creyó como real y legítimas las palabras de la
Meri Nuäre Aburema y creyó que su sueño era un mensaje de los ancestros de los espíritus,
apreció la necesidad de unir a los pueblos, lo importante de retirarse de la llanura y subir a
30